1.12. Las curvas en la conducción

1.12.1. Comportamiento en curvas

Las curvas constituyen uno de los puntos más peligrosos de las carreteras ya que en ellas el vehículo está sometido a una serie de fuerzas (fuerza centrífuga) que tienden a sacarlo  de la vía. Si la velocidad es excesiva o hay gravilla en el asfalto, el neumático puede perder adherencia y el vehículo puede perder su trayectoria. Por ese motivo tendremos que adecuar la velocidad al tipo de curva.

Una calzada en mal estado o unos neumáticos poco inflados pueden complicar la maniobra.

1.12.1.1. ¿Cómo tomar una curva?

Antes de entrar en la curva, nos pegaremos a la derecha dentro de nuestro carril y frenaremos para reducir la velocidad. También es recomendable reducir la marcha antes de entrar.

Los giros deberán ser progresivos y suaves, moviendo el volante y acelerando poco a poco para mantener la velocidad constante. Cuando veamos el final de la curva deberemos enderezar el volante y acelerar suavemente para ganar estabilidad.

1.12.2. El derrape: subviraje y sobreviraje

Las causas más frecuentes del derrape son el uso brusco de los frenos o pisar el freno en una curva.

• Subviraje (el coche se va de morro): deberemos levantar ligeramente el pie del acelerador y, si aun así el coche tiende a seguir recto, frenar con suavidad. Una vez hecho esto, podremos girar algo más el volante para terminar de “redondear” la curva. Aquí, la forma de proceder es la misma independientemente del tipo de vehículo.
• Sobreviraje (el coche se va de atrás): Un coche con propulsión posterior, si acelera demasiado en una curva se producirá el sobreviraje. Para controlarlo deberemos hacer la maniobra del “contra volante” que consiste en girar el volante para que las ruedas se orienten hacia el mismo lado que derrapa la parte trasera del vehículo.